El objetivo
Abordar un proyecto de una vivienda unifamiliar es siempre un reto y este lo fue para nosotros. Pero desde un principio la implicación de nuestros clientes Anne & Adam para que el proyecto saliera adelante fue esencial.
La vivienda debía ser muy funcional en todos los sentidos y funcionar adecuadamente desde una perspectiva energética, por lo que el planteamiento de las instalaciones fue crucial. Por ello, se emplearon paneles solares y aerotermia para el abastecimiento de la climatización y calefacción.
La distribución
El deseo de Anne y Adam era orientar la distribución de la planta baja para maximizar las vistas hacia la piscina y el porche. Por ello, se propuso una distribución abierta del salón, comedor y la cocina en torno a un gran ventanal con apertura en esquina que facilitase acceder al porche desde prácticamente cualquier punto de la zona de la planta baja.
Privacidad
Dada la gran conexión visual con el exterior, tuvimos que estudiar muy bien las necesidades de privacidad para generar una sensación de confort y recogimiento, al mismo tiempo que se daba la posibilidad de regular y ampliar la exposición al exterior en determinados momentos, como encuentros sociales o época estival, por poner algún ejemplo.
Tres plantas bien diferenciadas
El hecho de disponer de dos plantas de gran superficie como el sótano y la buhardilla, les brindaba la oportunidad de integrarlas para hacerlas más presentes en la vivencia diaria de la casa. De ahí, la importancia que dimos a la escalera, tratada como un monolito de chapa de hierro y madera, que permitía la conexión de las tres plantas, al que se le adosa una estantería que recorre todas las alturas de la casa para hacerla, si cabe, más funcional.
La doble función de los espacios es una de las más importante señas de identidad de Volta_
La buhardilla
Desde el primer momento los clientes quisieron reconvertir la buhardilla en un espacio de ocio con una mesa larga de trabajo que organizase el acceso a ella. Querían que respirase ‘diferente’ al resto de la casa. De ahí que sea la única planta en la que se empleó la madera en el suelo, para otorgarle un carácter más cálido.
Gracias a la altura más baja del techo y el especial tratamiento que se les dio a las ventanas que sobresalen hacia la fachada, entendidas como ‘rincones habitables’ para sentarte, acostarte o incluso dormir, hacen posible una atmósfera muy acogedora que cumplió totalmente con sus expectativas.
Un sótano muy especial
En el sótano, con un marcado carácter de ocio también, destaca la antigua bodega y el deseo del cliente de darle nueva vida, por lo que le propusimos descubrir la bóveda cerámica original, accediendo a ella mediante un cerramiento transparente de vidrio ahumado y hierro, que permitía integrarla en el espacio diáfano de la planta y la convertía en un estancia muy particular.
El resto del sótano se organizó de un modo más funcional pero pensando siempre en el disfrute en familia y con amigos, para compartir una comida informal, celebrar un cumpleaños, ver una película, o lo que se tercie en cada momento.
Para ello, una zona con una mesa corrida y bancos para celebrar una comida o cena, la zona de billar, o la zona del sofá con una gran pantalla de televisión separada de la de billar mediante una gran estantería, o un dormitorio con baño para invitados hacen de este sótano un espacio abierto y a la vez acogedor muy particular.
El pavimento de piedra destaca por el sutil despiece romano que lo diferencia del de la planta baja y da un carácter único a este espacio.
Una casa luminosa y acogedora
En resumen, el proyecto de la vivienda de Anna y Adam ha acabado siendo lo que ellos buscaban, una casa abierta pero acogedora, muy familiar y cálida, y, sobre todo muy funcional tanto a nivel de uso como energético, ya que gracias a su diseño, raramente tienen que hacer uso de la calefacción o el aire acondicionado en las diferentes estaciones.
Una casa muy especial para vivir y disfrutar en familia.